Buenos días Psigmeros y Psigmeras!
Hoy os queremos hablar sobre una filosofía de crianza infantil desarrollada por la Dra. Aletha Solter llamada Educación Consciente (conocida como Aware Parenting en inglés). Es un enfoque muy útil tanto dentro de la psicoterapia infanto-juvenil como en el acompañamiento a padres y madres, que tiene muy presentes aspectos como: el vínculo afectivo entre progenitores e hijos, la utilización de una disciplina no punitiva, la escucha empática, la aceptación de las emociones y el reconocimiento y prevención del estrés y el trauma en el niño/a.
Es un modelo que cuestiona parte de las ideas tradicionales sobre la crianza infantil y que proporciona una nueva mirada. Creemos que es interesante y por esta razón, os lo queremos compartir a padres y madres, maestros/as, educadores/as, monitores/as, etc. Esperemos que os aporte nuevas ideas y herramientas para la relación con vuestros niños/as y adolescentes.
Según la autora, “los niños necesitan más nuestra atención y afecto cuando menos lo merecen sus actos”. Estas palabras nos pueden sorprender si es la primera vez que las oímos, sobre todo cuando estamos acostumbrados a oír hablar de las técnicas de modificación de conducta que utilizan el castigo y la recompensa, y podemos pensar “qué quiere decir esto, ¿que si mi hija se porta mal no la debo castigar? ¿No le estoy dando una recompensa que no merece si le doy cariño?”. Si entramos en la perspectiva sobre la crianza que nos ofrece esta autora, encontraremos una manera diferente de mirar y entender las relaciones entre padres/madres e hijos/as. Ella no nos habla de modelar directamente la conducta con unas consecuencias positivas o negativas, sino que nos dice que cuando un niño está teniendo un comportamiento considerado inapropiado nos detengamos un momento para prestar más atención a lo que le está pasando, más allá del comportamiento que está teniendo, y que desde el afecto y la comprensión nos centremos en identificar las causas subyacentes que lo provocan y nos preguntemos “¿por qué hace esto a mi hija? ¿Qué hay detrás de esta rabieta? ¿Qué necesita? ¿Cómo le puedo ayudar? “.
Sabemos que detrás de una conducta siempre hay una emoción y que muchas veces no existe una relación clara y evidente entre conducta y emoción. Una conducta inadecuada de un niño/a lleva detrás un sentimiento que no puede manejar. Por lo tanto una mentira, una rabieta, una agresión,… son sólo señales de humo y tenemos que mirar más adentro para encontrar el fuego. Si sólo nos centramos en la conducta, quizás no le estamos ayudando a sanar su malestar emocional. Esto no quiere decir que no se tengan que poner límites, pues son necesarios, pero acompañados de comprensión y afecto. De la misma manera las técnicas cognitivo-conductuales nos pueden resultar útiles en determinadas circunstancias, pero por encima siempre debe estar el afecto. Se trata de encontrar un equilibrio, de seguir un enfoque con una disciplina que no sea ni autoritaria ni permisiva, y seguir un planteamiento educativo y de crianza que aplique la afectividad por encima de las técnicas para reconducir determinadas conductas que podemos considerar inadecuadas.
Para terminar, os queremos compartir los 10 principios de la Educación Consciente a tener en cuenta a la hora de relacionarnos con los niños/as:
- Satisfacer las necesidades de contacto físico de tus hijos y tener presente que de esta manera no los vas a “malcriar”.
- Aceptar toda su gama de emociones y escucharlos sin juzgarlos, permitiendo las expresiones de sus sentimientos. Ser consciente de que no puedes prevenir toda la tristeza, la rabia o la frustración de tus hijos, y no intentar parar las manifestaciones de sus sensaciones dolorosas, expresadas a través del llanto o las rabietas.
- Ofrecer el estímulo apropiado en función de su edad y confiar en la habilidad que tienen para aprender a su manera ya su propio ritmo. No intentar apresurar a los niños rápidamente hacia nuevas etapas de su desarrollo.
- Ofrecerles motivación para que aprendan nuevas habilidades, pero no juzgar sus logros con críticas o “alabanzas educativas”.
- Pasar tiempo todos los días con tus hijos, dándoles tu completa atención. Durante este tiempo especial y cualitativo, observar, escuchar, responder y participar en su juego (cuando eres invitado), pero evitar dirigir sus actividades.
- Protegerlos contra los peligros, pero no intentar prevenir todos sus errores, problemas o conflictos.
- Animar a los niños a que resuelvan sus problemas de manera autónoma y ayudarles sólo cuando lo necesitan. No solucionar sus problemas para la propia satisfacción.
- Fijar fronteras y límites razonables, dirigiendo suavemente a tus hijos e hijas hacia comportamientos aceptables, y considerando las necesidades de todos cuando se soluciona un conflicto. No controlarlos con sobornos, recompensas, amenazas, o castigo de ningún tipo.
- Saber cuidarte a ti mismo, y ser honesto con tus propias necesidades y sentimientos. No te sacrifiques hasta el punto de volverte resentido.
- Hacer el esfuerzo para darte cuenta de las maneras en las que tu propio dolor de la infancia interfiere con tu capacidad para ser buen padre/madre, y hacer esfuerzos conscientes para evitar pasar tus propias desgracias a tus hijos .
Esperamos que os haya resultado interesante este modelo y que os podáis quedar con aquellos aspectos que consideréis que os pueden ser de utilidad. Para más información sobre esta autora y su bibliografía os dejamos el siguiente link para que lo podáis consultar: http://www.awareparenting.com/.
Recordad que desde Psigma estamos a vuestra disposición para cualquier consulta al respecto y que contamos con el servicio de psicología infanto-juvenil, desde el que estaremos encantad@s de ayudaros con cualquier duda, dificultad o preocupación en la relación con vuestros hijos e hijas.
Olga Martí, Psicóloga y Psicoterapeuta infanto-juvenil en PSIGMA GIRONA
olgamarti@psigma.cat