¡Buenos días! Hoy os hablaremos sobre el Cólico del lactante, un trastorno que sufre muchos de los recién nacidos y que los padres no saben cómo se debe tratar, cómo se reconoce si es o no cólico…
El Cólico del lactante es un trastorno benigno de carácter multifactorial, y es frecuente en lactantes sanos. Se puede describir como un trastorno gastrointestinal funcional con una duración de tres horas o más al día, al menos tres días a la semana por un periodo superior, mínimo de una semana y con un desarrollo del lactante en cuanto a peso y talla normal.
Suele aparecer alrededor de las dos primeras semanas, y habitualmente desaparece entre el tercer y cuarto mes de vida.
Se presenta de manera repentina donde hay llantos prolongados difíciles de consolar acompañados de irritabilidad y nerviosismo sin causa aparente.
El llanto tiene un claro inicio y final, sin relación con lo que el niño estaba haciendo. Es un llanto diferente a lo que habitualmente emite y es más frecuente hacia la tarde-noche.
Los lactantes durante el cólico también adoptan una posición de piernas flexionadas sobre el abdomen y puños cerrados, con el cuerpo tenso y expresión de dolor en la cara.
Son difíciles de consolar y tranquilizar.
Este cuadro suele venir acompañado de estreñimiento, regurgitaciones y gases acumulados.
La etiología de los cólicos es desconocida pero actualmente existen varios estudios donde se evidencia que influyen múltiples factores como por ejemplo:
– Causas psicológicas: el comportamiento del bebé, su predisposición; ambiente familiar, si es estresante o no; vínculo con la madre, como es el binomio madre-bebé.
– Causas gastrointestinales: inmadurez del tracto gastrointestinal y la hipertonicidad que existe; hormonales, la intolerancia a la lactosa entre otros; digestiones pesadas y dificultad para expulsar los gases debido a la inmadurez del aparato digestivo.
– Causas dietéticas: dificultad en asimilar la proteína de vaca.
¿Qué se puede hacer?
Existen varios tratamientos para el cólico infantil, pero no hay un consenso para establecer un remedio universal debido a que es un síndrome en el que participan muchos factores causales de todo tipo.
Desde PSIGMA Vic os ofrecemos el tratamiento orientado a la terapia manual que consiste en:
– masaje abdominal: adecuado para disminuir la distensión abdominal y favorecer la liberación de gases. El masaje infantil promueve la liberación de endorfinas las cuales aumentan las defensas del bebé
– osteopatía visceral y del raquis: a menudo hay que liberar el sacro y la zona dorso-lumbar. El trabajo sobre el mediastino y el movimiento correcto del estómago.
– osteopatía craneal: para liberar el nervio vago el cual es el encargado de la inervación parasimpática de la mayoría de las vísceras abdominales.
El ambiente familiar debe tener mucha paciencia y tranquilo • dad ya que estos se transmiten al bebé. Hay que evitar una estimulación excesiva y aumentar el contacto físico con el bebé mediante mimos, contacto piel a piel, masajes.
Y tener presente que si se decide y se puede optar por la lactancia materna este facilita la digestión, eso si, hay que tener presente que puede suceder igualmente y entonces es probable que la madre tenga que dejar de comer proteína de vaca, leche de vaca . Importante una buena postura para amamantar y observar si el bebé se agarra bien al pecho (hay que coja el pezón y la aureola) y que las primeras tomas cuestan un poco y hay que tener paciencia.
Montse Tor, Fisioterapeuta infantil i adults / Terapeuta floral / Terapeuta craneo-sacral, Col. 969
montsetor@psigma.cat