Cat / Esp

Reorienta tu vida profesional sin miedo, en 3 fases

Reorientar la vida profesional sin miedo es un proceso que requiere sobre todo, compromiso y disciplina. En un mundo tan cambiante como el actual, muchos de nosotros trabajaremos en más de una profesión a lo largo de la vida laboral. Por eso, las competencias emocionales juegan un papel cada vez más importante, y diferente a otras épocas. Las personas, de forma natural, biológica, tendemos a tener miedo de todo aquello que desconocemos. Y el miedo, nos paraliza. Algunas de las herramientas de la inteligencia emocional y el coaching nos pueden ayudar a gestionar mejor este miedo y, sobre todo, a tener más recursos para fortalecernos y convivir en estos cambios constantes. A pesar de que estas herramientas y habilidades son aplicables en diferentes ámbitos, son especialmente relevantes, en aquellas situaciones donde la persona está en proceso de búsqueda de trabajo o de cambio profesional. 

¿Cómo puedes auto-liderarte para un cambio o reorientación laboral? 

PRIMERA FASE:

1. Aprender de aquello que te ha funcionado.
2. Reflexionar y conectar con aquello que te apasiona de verdad.
3. Conocer en qué eres bueno/buena, tus puntos fuertes.
4. Darte cuenta de cuáles son tus frenos, qué creencias te limitan. Preguntarte, ¿qué harías si no tuvieras miedo? No compararte con los otros. Cada cual es diferente, singular, único. Prohibirte los “No puedo, no sé, quejas, me gustaría, tengo que…pero…,”.
5. Tomar conciencia de tu diálogo interno. ¿Te animas o te criticas constantemente?
6. Filtrar qué escuchas de todo lo que te dicen, especialmente todo aquello que es negativo (Esto no saldrá bien, Ahora no te arriesgues, Es que todo está fatal, No lo hagas, No vale la pena, etc.)

SEGUNDA FASE:

7. Marcarte un objetivo que dependa de ti. Medible. Poner una fecha. Subdividirlo por fases.
8. Revisar cuál es tu situación actual, qué tienes que te acerca al objetivo, qué te falta, qué te frena.
9. ¿Qué alternativas te pueden permitir hacer el cambio?.
10. Hacer un plan de acción. Tiene que incluir el qué, el cómo, con quien, dónde, y sobre todo, el cuándo lo harás. También puedes definir un plan B, para disponer de más recursos si fuera necesario.
11. Practicar y entrenar las afirmaciones. En presente continuo (cambiando tus “Lo intentaré” por tus “Lo estoy haciendo”). En positivo. Por escrito. En primera persona (Lo quiero, Puedo, Me veo capaz).
12. Pasos pequeños, sin miedo, probar y probar. Con constancia y celebrando cada pequeño éxito.
13. Confiar en ti mismo/a. Actuar desde la confianza sobre tus recursos personales, dado que lo que estás pretendiendo es que los demás (empresas, clientes, colaboradores) confíen en ti.

TERCERA FASE
14. Ser perseverante. Prohibirte los auto-saboteadores como posponer las acciones, empezar y no acabar, el perfeccionismo, poner excusas (demasiadas o poca edad, demasiado o poca experiencia/formación, no tengo tiempo, no hay trabajo).
15. Automotivación. La motivación es la gasolina que te conduce a conseguir nuevos retos, y en situaciones de desempleo se hace imprescindible ser “emprendedor” en sentido amplio porque “tú eres tu propia empresa” que te tiene que dar beneficios lo antes posible. Cómo dice el escritor Murakami “Para no hacer las cosas encontraremos muchas excusas, para hacerlas, sólo necesitamos una única motivación”. 

Con disciplina y constancia, como si estuvieses practicando tu deporte favorito, dejarás de ir con el piloto automático y el freno de mano del miedo, y, empezarás a liderar de forma consciente tu proyecto profesional. No esperes a que cambie tu entorno, concéntrate y pon la energía en aquello que depende realmente de ti mismo/a y allá donde puedes influenciar, porque cómo dice un proverbio árabe, “el mejor momento para plantar un árbol era hace veinte años, pero el segundo mejor momento, es ahora”.

Escrit per Roser Claramunt, Psicòloga Coach col. 6367, per a Psigma.