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¿Lo has probado?

La adolescencia es una etapa de la vida con muchos cambios y muchos descubrimientos, y como padres, en algunas ocasiones nos puede costar encontrar el equilibrio idóneo entre la libertad y la protección hacia nuestros hijos. Las drogas suelen ser uno de los principales motivos de preocupación y por eso hoy os queremos hablar de ellas en este post!

Las drogas siempre han estado conviviendo con nosotros y desgraciadamente también lo harán en un futuro, por esa razón, es un hecho que hay que aceptar más que negar. Es necesario pues, mejorar el conocimiento y la actitud hacia ellas, ya que hablar de drogas a nuestros hijos no siempre equivale a hablar de adicción o problema y por eso es importante hacer la distinción adecuada para prevenir y hacer un uso no problemático.

Pero, ¿cómo podemos PREVENIR y reducir el riesgo de que nuestros hijos tengan problemas con las drogas? Algunos aspectos básicos a tener en cuenta son la importancia de fomentar la responsabilidad y potenciar la autonomía de nuestros adolescentes. Además, tendremos que cambiar también la perspectiva que tenemos sobre el consumo, centrándonos en los usos de la droga y no tanto en la sustancia en sí misma, teniendo en cuenta que existen otros riesgos más allá de la adicción y que también hay que prevenir.

Por ejemplo, si hacemos una lectura de una escena centrándonos sólo en la “sustancia” podemos pensar que un/a adolescente que una noche de carnaval se haya emborrachado es menos grave que otro/a que haya consumido cocaína. Con esta perspectiva nos perdemos información relevante a la hora de analizar los riesgos presentes en la situación, porque nos centramos en: “el alcohol es legal, no será tan malo como la cocaína, que es ilegal y más fuerte”.

Pues bien, analicemos esto desde la perspectiva del USO DE LA DROGA. Aquí se nos presentan interrogantes a responder: ¿era la primera vez que consumía? ¿Cómo se encontraba él/ella? ¿Por qué lo hacía? ¿Con quién estaba consumiendo? ¿Cómo o de quién había obtenido la droga? ¿Conoce las propiedades de la sustancia y sus efectos en diferentes dosis?

El alcohol tiene un efecto depresor y su consumo desmedido puede derivar en situaciones de riesgo y peligro: desinhibición excesiva, peleas, accidentes de tráfico, relaciones sexuales forzadas o sin protección, etc. En este sentido, es clave entender que si se consume o se piensa consumir una droga resulta necesario informarse antes. Conocer el “prospecto” de lo que se quiere probar o consumir: sus principios activos, efectos, como se consume, contraindicaciones, precauciones, interacciones con otras sustancias, efectos secundarios, como actuar ante una intoxicación, etc. La información que el adolescente tenga previamente, con quién se encuentre en ese momento (entorno de confianza) así como también el haber tomado las precauciones adecuadas, son aspectos necesarios para evitar riesgos indeseables.

Como padres, debemos ser capaces de abordar estos temas en casa y tener interés -también- para aprender más, haciendo un ejercicio de empatía y acercándonos con respeto a nuestro hijo/a. Atrevernos a mirar desde la lógica de la “provisionalidad” del adolescente: “hoy sí y mañana no lo sé”. De este modo, podremos dar respuestas útiles ante el consumo, estrategias para prevenir problemas y dar pautas para un consumo no problemático.

También es importante saber transmitir a nuestros hijos una imagen positiva del hecho de estar “sereno” en estos espacios de ocio, pues es importante hacerles entender que no es necesario estar bebido o colocado para divertirse, quitarse la vergüenza , relacionarse, etc.

Así pues, no hay que alarmarnos sin motivos evidentes pero tampoco resulta conveniente “pasar del tema”. Hay que hacer el esfuerzo de ver las cosas desde la perspectiva del JOVEN DE AHORA, sin dejarnos llevar por nuestros propios miedos y ansiedades. Sólo acercándonos con respecto a la otra persona podemos llegar a conocer sus necesidades y darle apoyo en su crecimiento.

Raquel Ariza
Psicóloga y antropóloga médica
Nº Col. 18285