Hola psigmer@os, ¡ya ha llegado el verano!
¿Y que mejor que hablar de alimentación en verano? Este artículo va asociada a la mal llamada “operación bikini“. Año tras año, las revistas, los blogs y los programas de televisión están llenos de dietas que prometen una bajada de peso rápida y espectacular para poder hacer frente al reto de poder volver a ponernos la ropa del verano pasado.
Pero ahora bien, ¿son seguras estas dietas? Y, ¿realmente hay un motivo real para querer perder peso?
A nivel clínico, desde la consulta recomendamos perder peso cuando el índice de masa corporal (o la relación peso y talla) es superior a 25 en la población adulta y va acompañado de un exceso de grasa corporal; cuando hay patologías asociadas a un riesgo cardiovascular incrementado (es decir, hipertensión arterial, triglicéridos altos o colesterol elevado, principalmente) o cuando la persona tiene alguna patología asociada a dolores articulares. En todo caso, esta pérdida de peso se aconseja que sea a través de un cambio en los hábitos alimenticios y con el aumento de la actividad física. Y eso significa que la pérdida de peso será gradual, dentro de los márgenes recomendados por la FESNAD de perder entre 0’5 y 1kg de peso a la semana, y asegurándonos de que la pérdida de peso sea debida a la pérdida de grasa y no de músculo.
¿Pero que nos prometen las dietas que aparecen en verano?
Pues bien, las “dietas milagro” o también llamadas “dietas rápidas o fraudulentas“, nos prometen una rápida bajada de peso sin esfuerzo, con unos resultados mágicos válidos para todos, y sin la participación de profesionales sanitarios adecuados. A menudo estas dietas van acompañadas del consumo de preparados, normalmente no comercializados en los establecimientos habituales de compra, y de alto coste económico. Son dietas que aunque es cierto que permiten bajar de peso de forma más rápida que con un cambio de hábitos alimentario, los estudios demuestran que al cabo de dos años, el 75% de sus seguidores ya han recuperado el peso perdido, como en el caso de la dieta Dukan. Además, muchas de estas dietas se basan en un aumento de la proporción de las proteínas de la dieta, lo que desde la OMS se desaconseja por la falta de evidencia científica a largo plazo.
¿Y son seguras las “dietas milagro”?
Como seguramente ya saben, no lo son. Estas dietas van asociadas a tres principales peligros. El primero sería el efecto rebote o popularmente llamado “efecto yo-yo”, es decir, una rápida recuperación de peso, que además se relaciona con mayor dificultades para perder peso en el futuro y mayor incidencia de trastornos de personalidad y de mortalidad. En segundo lugar, estarían los peligros asociados a la rápida pérdida de peso que va asociada a la pérdida de masa muscular, que provoca un estado de cetosis en el cuerpo donde las grasas y las toxinas se acumulan en sangre, provocando deshidratación, mareo , náuseas, etc. Y por último, existe el peligro relacionado con los tipos de nutrientes que se ven limitados por la realización de estas dietas, principalmente vitaminas liposolubles, y que tiene como resultado problemas de piel o mucosas.
¿Y cómo podemos bajar peso sin perder la salud?
Para poder perder peso de forma saludable, es necesario realizar una dieta hipocalórica adecuada a nuestras necesidades y características, que se base en alimentación equilibrada, dónde todos los alimentos tengan un espacio y unos objetivos de peso reales. Además, sería necesario contar con el asesoramiento de un dietista para supervisar que la pérdida de peso sea realmente pérdida de grasa y no de masa muscular. Y debo recordar que perder peso implica un cambio de hábitos de la persona, y esto sólo se consigue con esfuerzo y constancia.
Feliz verano psigmer@s!
Núria Molet Tort, Dietista-Nutricionista a PSIGMA VIC
nuriamolet@psigma.cat